jueves, 19 de febrero de 2004

Fichajes y contactos con jugadores

Se habla en el fútbol; yo pienso que la situación ideal en la que un presidente que quiere a un jugador de otro equipo habla únicamente con el presidente de ese equipo no se da prácticamente nunca, y si bien es fácil entender que es un intento de los equipos para protegerse de lo que llaman "robos" o "fugas" de jugadores, ni siquiera es muy "ético".

Lo digo pensando en los jugadores: vayamos a un caso de extrema profesionalización y de ejemplo de organización: la NBA. Aquí se produce casi con exactitud esa situación que algunos llaman "ideal" para nuestro futbol. Los presidentes traspasan a su antojo y el jugador es el último en enterarse. Creo que solo Garnett y O'Neill han conseguido meter en sus contratos una cláusula por la que al menos el equipo debe informarles de sus intenciones antes de firmar su hipotético traspaso.

Veamos dos ejemplos de cómo se sienten estos jugadores tratados como mercancía (muy cara y muy bien pagada, pero mercancía a todos los efectos).

1.- Antoine Walker había sido criticado por Dannie Ainge cuando éste no era aún Director de Operaciones de los Celtics. Cuando lo fue nombrado supongo que Walker se imaginaba lo que iba a pasar; su mosqueo fue tal por el traspaso (comunicado por teléfono) agravado por las "figuras" que los Celtics ganaban en el cambio, que le colgó el teléfono a Ainge sin decirle nada y ahora en Dallas se ha convertido en el mejor de uno de los mejores equipos de la liga. Y seguramente su orgullo herido y las ganas de cerrar la boca a Ainge ha ayudado.

2.- Keith Van Horn estaba haciendo en los Knicks quizá su mejor temporada después de haber jugado en los últimos dos años y medio en los Nets, en los 76s y en Nueva York. A pesar de ello, el nuevo Director de Operaciones de los Knicks pensaba (como yo) que no era suficiente para un equipo con el caché de los Knicks y para su objetivo de reflotar el equipo y llevarlo urgentemente a unos olvidados Play-offs. Y lo ha cambiado por Tim Thomas en lo que es, sin duda, un acertado traspaso. Pero para Van Horn ha sido tal palo que al llegar a Milwaukee le dijo a su nuevo presidente que le dejase unos días para meditar si decidía retirarse. Lo de jugar en 4 equipos en 3 años no debe ser agradable.
Que le pregunten a Westley Person que ha jugado este año en Memphis, Portland y Atlanta.

Por eso tener en cuenta al jugador es vital; de hecho es muy desconsiderado "comprarlo y venderlo" sin su consentimiento e incluso sin su conocimiento. Y más cuando hablamos en otras ocasiones de lo necesario que es tener motivado a un jugador, darle un entorno estable que no le despiste etc. Pues cuánto más preocuparse ,si me gasto un dineral en ficharlo, de si querrá dejarse la piel por el escudo de mi equipo.

Y si los clubes necesitan "protegerse", que lo hagan de otro modo. No a costa de sus profesionales.

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